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Música 24 May

 

“God talks God listens”, es la representativa frase que twitteó Chan Marshall luego de regresar al país para compartir su talento y más grato arte sobre el escenario del Teatro Coliseo el jueves por la noche y la que describe a la perfección la intensidad omnipotente de su show.

Lo bueno se hace esperar. Con una hora de retraso, siendo casi las 22hs, se apagaron las luces y comenzó a escucharse una tenue intro de guitarra que acorde en acorde fue elevando su tono y progresando hasta estallar en un conjunto de instrumentos salvajes. Tras unos minutos de warm up entró a escena la poderosa cantante, trastabillando, para dar comienzo a lo que sería una noche inolvidable para los cientos de fanáticos que colmaron el teatro. En el momento en que cantó la primera frase de Sea Of Love (cover de Phill Philliphs – 1959) el público cual éxodo masivo se fue hacia adelante logrando descontracturar y hacer del Coliseo un verdadero recital. En la iluminación predominó el color amarillo radiante, tonalidad que creó una sensación de calidez absoluta y que representó lo más místico de Sun (2012), el nuevo y noveno álbum de estudio que la llevó una vez más a pasear por el mundo.

Los años pasan para todos y Cat Power no es una excepción. Es evidente el cambio de look que tuvo la poderosa felina, ahora con este nuevo estilo rocker de pelo corto y campera de cuero (con su propio logo estampado en la espalda) también lleva su música en su porte. Sin dudas parece un autentico mix de Feist y Roxette, así, fiel a su nombre artístico supo demostrar el girl power que pregonan estas super artistas.

Magia pura y extrema conmoción. Una de las cosas más rescatables es su habilidad para emocionar a la gente, de poder transmitir con música su sentimientos más profundos. Llegó el momento en que Chan tomó la guitarra y tocó un potente, fugaz, riff e inició Silent Machine (Sun – 2012); fue allí donde el único hombre en escena (aquel personaje del teclado con un look muy similar a Jack White) se posó en la punta del escenario con otra guitarra y entre blues y rock descontroló el tema apoderándose del escenario. Pero ni esta locura pudo opacarla, su color de voz es tan imponente que puede dejar boquiabierto a cualquiera. Anoche se la vio radiante, tal vez un poco ida y desconcentrada pero contenta al fin.

Manhattan es uno de los lugares más sofisticados de la ciudad de New York, así también lo es la canción homónima (Sun – 2012) que cantó Cat Power al llegar casi a la mitad del concierto. Por el equilibrado setlist pasaron tracks como: 3,6,9 (Sun – 2012), Cherokee (Sun), Human Being (tema que colmó el lugar con una espesa niebla oscura donde el sombrío teclado nos hizo acordar al de Florence + The Machine), Bully (track que estrenó hace unos días en el show británico de la BBC: Later… With Jools Holland), entre otros.

Con algunas lágrimas en los ojos los más fanáticos tuvieron que aceptar el ocaso, la performance llegó a su fin. Fue el tema Ruin, single principal de Sun, el que cerró la noche a todo volumen. Es indiscutible que este show no apto para melancólicos fue completo, el sonido estuvo impecable y ella supo exponer su creatividad sublime así como manifestar su evolución. La actitud lo es todo y esta es una chica a la cual le sobra, imponente sobre las tablas se llevó tema tras tema el corazón de los espectadores.

Por Estefi Kröl

Fotos: Anabella Nolasco

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