Aún hoy, los países nórdicos son una especie de enigma en buena parte de la población mundial.
Esta vez, Noruega demostró que la conciencia sobre el medio ambiente puede general múltiples beneficios.
¿Por qué? Funcionó tan bien el modelo de reciclaje de basura que decidieron importarla de otros lugares para, así, generar energía para la planta de Klemetsrud.
“La separación de la basura en bolsas de diferentes colores, implementada desde hace algunos años, nos obligó a tomar el hábito de pensar siempre de qué materiales está hecha cada cosa antes de tirarla”, explicó la licenciada Kjersti Album.
“Ya el 12% de los residuos que utilizamos para hacer funcionar nuestra planta de Klemetsrud, en Oslo, es importada”, informó el director general de la agencia municipal que procesa la basura, Pal Mikkelsen.