La vida de un cronista es difícil. Su rutina está determinada por la actualidad. No tiene tiempo para acostumbrarse al ritmo de una oficina. Conviven con la realidad. Ni más, ni menos.
En medio de Gertrude, una tormenta que sacudió las costas de Gales, una joven periodista acudió al lugar del hecho para describir qué sucedía. Tan valiente como temerosa, la rubia comenzó a hablar en medio del viento y la lluvia. Hasta que de repente sucedió lo inesperado: una ola rompió cerca de ella y pasó algo INCREÍBLE.