El perro es, además del mejor amigo del hombre, un vengativo por naturaleza. Puede dar todo el cariño del mundo, pero no lo dejes solo en casa porque se lo puede tomar como algo personal.
Eso es lo que le sucedió a este travieso siberiano. Sus humanos preferidos se ausentaron por unas horas y decidió hacer justicia con sus propias patas.
Gracias a una tinta china no tóxica, el lobito dejó el piso como una obra de arte abstracto.
Portate bien, che…
¡Miren lo que es esa carita!.
Fuente: Pulso Urbano.