En Rusia, Denis y Nelya dieron el sí frente a los ojos de Dios rodeado de amigos, familiares y Stepan, un oso contratado especialmente para la ocasión que ofició de testigo.
“Fue una experiencia fantástica”, confesó el feliz novio. “Es un sentimiento especial poder abrazar a un oso. No se puede comparar con nada. Recordaremos este día para siempre”, expresó.
Stepan, un oso de 23 años, fue adoptado por Svetlana y Yuriy Panteleenko, quienes lo rescataron de las garras de cazadores furtivos. Desde entonces lo cuidadon, mimaron y enseñaron a hacer cosas increíbles. Tanto que, en la actualidad, disfruta de abrazos y ver televisión en el sofá.
¿Crueldad o encanto? Vos decidís.
Fuente: Pulso Urbano.