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Metro extra

Depeche Mode en La Plata: la noche de los hits

Depeche Mode en La Plata: la noche de los hits

Coberturas 25 Mar

Las luces se apagan mientras decenas de personas entran corriendo. Llueve, gotas finas, pero nada importa para las 21 en punto en este estadio lleno. Para dar inicio al espectáculo, la banda elige Revolution de los Beatles: un tema que mucho tiene que ver con el último disco de su carrera. El escenario se ilumina en color azul y una animación de Spirit se proyecta en las pantallas. Así es como llegan los primeros acordes de Going Backwards, tema que abre este último álbum lanzado en 2017. Dave Gahan sale corriendo con su blazer rojo que pocos minutos más tarde se sacaría por el calor…

 

Y lo acompañan los talentosos Martin Gore y Andy Fletcher, quienes completan este trío que cambió la música de los 80. Para salir a tocar, completan la banda el baterista Christian Eigner y Peter Gardeno en los teclados. Esta formación basta para hacer latir épicamente una cancha de esta magnitud. ¡Y poner a bailar a los miles de presentes!

 

Con dos temas de Ultra, el álbum de 1997, Depeche Mode pone a punto a los fans, que en su mayoría promedian los 45 años de edad. Y es que esta no era la noche de los millenials. Para 1987, cuando salió el exitoso sexto disco de su carrera, Gahan, Gore y Fletcher habían logrado dejar una marca en la música con su new wave y la electrónica synth pop. 

 

Pero volvamos a La Plata en 2018, porque tras 9 años sin visitarnos, este trío de ingleses que siguen sacando álbumes en la actualidad, estaba a punto de regalarnos una noche inolvidable. Y lo demostraba Gahan en el escenario, al cantar Precious ya daba vueltas sobre sí mismo cual bailarín de ballet. 

Para cuando el sintetizador tira la tercera nota de World In My Eyes, el público se enciende de alegría. Es la noche para entregarse e ir a bailar esos clásicos que tanto se escucharon por años, con los que muchos crecieron. Y Gahan lo hace todo más espectacular. Se baila todo, lleva el micrófono de acá para allá, se acerca llegando al final de la pasarela y contagia el disfrute. Gore canta Insight, y al final de Home – tras el desfile de Dave – la gente se queda coreando el “Ohhh Ohhh” al que Eigner termina acompañando con la batería. Este es el momento en el que, mágicamente, las pantallas vuelven a encenderse tras estar apagadas por unos cuantos temas, suponemos por desperfectos técnicos provocados por la lluvia. 

En In Your Room podemos apreciar la notable segunda voz de Gore acompañando los graves de Gahan. Y después de este tema de Songs of Faith and Devotion se vuelve todo rojo porque llega el momento del corte de Spirit, el manifiesto de un disco que demuestra que tras 37 años, Depeche Mode sigue vigente sin necesidad de mucha mutación de estilo. Puño arriba de Dave Gahan en Where`s The Revolution, que repite con el público “el motor resuena, sube a bordo, sube a bordo”.

Ya nuevamente sin pantallas que transmitan lo que está pasando, con la inconfundible melodía de Everything Counts llega ese momento en que ni una sola persona resiste y las plateas se paran de sus asientos. Sí, resulta fundamental en un estadio de este tamaño, ver “de cerca” a los músicos y la puesta. Pero el show siempre debe continuar y todo se pone musicalmente más glorioso porque sigue Stripped y luego, qué decir de este tema. Hay canciones que, sin importar el estilo o el contexto, son himnos de la música contemporánea. Y Enjoy The Silence lo es. Es por lo que genera en cada uno de los presentes. La simple melodía de guitarra lo deja clarísimo.

Y para cerrar esta tanda hitera la euforia sigue con Never Let Me Down Again. Claro, para los bises sólo quedarían más hits. 
Cuando la banda vuelve de esos minutos tras bambalinas, interpretan Strangelove a sólo piano y voz. La elección final es con Walking on my Shoes, A Question of Time y, por supuesto, Personal Jesus, el otro himno cuyo riff es indudablemente un hito en la historia. Y qué importan las fallas técnicas en momentos como éste. Depeche Mode vino a dar un espectáculo que muchos esperaban y no defraudó en su performance fiel a la esencia de cada músico. Quedarse quieto fue difícil.
 
       
 
Fotos: José Luis García

Metro951
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