Resultó que nuestro amigo y compañero era un romántico. Se conoció con su mujer en París, el día de la despedida ella lo acompañó a la estación. Tocaron el silbato, Pablo se subió corriendo y de repente se dio cuenta que ella tenía la mochila con todos los documentos. Se tiró del tren..y nació el amor.
otra gran anécdota fue Sudáfrica en el Parque Kruger quiso hacerse el canchero prendiendo el asado sin “la pastilla” que tenían los vecinos alemanes, “un argentino jamás usa algo extra”, sentenció. Intentó prender el fuego hasta con pedazos de techo de la cabaña pero ni eso funcionó. Se dio por vencido y mandó a la mujer a pedirle la pastillas a los vecinos alemanes.
Volvé a escuchar la nota: