Eran las 22.02hs cuando un presentador cubierto por un traje plateado a modo de bola espejada anunció el comienzo del show de Arcade Fire, quienes aparecieron en escena luciendo las enormes cabezas que ya son un sello de Reflektor (2013), el álbum que vinieron a presentarnos el día 1 del Lollapalooza Argentina.
Y no nos hicieron esperar para seguir sorprendiendonos. Algo inesperado sucedió inmediatamente en el Main Stage 1: cuando los integrantes se sacaron las máscaras quedó al descubierto el mismísimo Julian Casablancas, el frontman de The Strokes que había brindado su show horas antes en el mismo escenario.
El primer tema inauguró también el primer pogo, mientras el sector de los instrumentos de viento agitaban cintas de colores, momento en el que el líder Win Butler se dispuso a ir rápidamente para adelante, se resbaló con un monitor y cayó al piso, levantándose al instante. Lo que quería era bajar del escenario, y lo hizo cuando comenzó Rebellion (Lies): caminó por el sendero que separaba el campo a la mitad vistiendo un excéntrico traje blanco y negro.
El tema que da nombre al último disco de estos canadienses no tardó en llegar: Reflektor sonó acompañado por una pantalla principal en la que una cuadrícula de colores se desplazaban aleatoriamente, mientras la secuencia repetitiva del piano sonó junto a las palmas de un público que no dejaba de ovacionar.
El primer trabajo de Arcade Fire también tuvo un gran protagonismo la noche del 1 de abril: Los temas de Funeral (2004) fueron los más emotivos, como Neighborhood #3, mientras veíamos a la multitudinaria formación a través de un filtro que contrastaba al máximo colores fluorescentes y para entonces la gente se veía muy tranquila, como su hubiera sido hipnotizada. Este momento fue muy propicio para que Butler dijera que estaba muy contento de estar ahí y la calma continuó junto a The Suburbs en un escenario que había acaparado la atención de todo el mundo en el Lollapalooza.
El show continuó con Ready to start y le siguió Neighborhood #1, otro de los temas más emocionantes en una escena con fondo azulado que dejaba a elección de la imaginación si estaba nevando o si estábamos en el espacio al canto del “oh oh oh” característico. Una escena surrealista que sintonizaba con la vestimenta de ensueño de cada uno de los integrantes.
It´s never over es otra de las canciones que se destacó en la noche del día 1 del Lollapalooza Argentina: la cantante de la banda, Régine Chassagne, le canta a su esposo Win desde una tarima ubicada en el medio del campo que los enfrentaba y convertía la canción en un diálogo entre ambos. Con una imagen de líneas multicolores de fondo, Régine siguió protagonizando el show con Sprawl II y finalizó agitando en el aire unas cintas fosforescentes, como si las hubiera despegado de la pantalla. El público se encontraba encantado.“You’re so amazing, thank you very much” se escuchó decir a Butler.
El clima de ensueño mutó progresivamente al de fiesta con otra de Reflektor: Here comes the night time. El redoblante convirtió a la banda en una murga junto a un delicado xilofón y un bajo que sonaba realmente bien. El show se convirtió en un carnaval con una lluvia de papelitos de colores. Y fue el mítico Wake up el tema que marcó el final con todo el mundo entonando el “Oh Oh” de la letra. Así fue como terminamos de enamorarnos de una banda a la que hacía tiempo deseábamos ver en vivo en Buenos Aires y que, para nuestra fortuna, prometió volver pronto.
Por Matilde Moyano
Fotos: Cecilia Salas / Ornella Capone / José Luis García
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