Acababa de finalizar el show de Soundgarden y la totalidad de la gente presente en el Hipódromo de San Isidro se acercaba al Main Stage 1. Eran casi las 10 menos 10 y tan solo cinco minutos habían pasado del horario pautado para el show cierre del Lollapalooza Argentina.
Red Hot Chili Peppers, con Anthony Kiedis a la cabeza, se subía al escenario para comenzar con la clásica jam de introducción. En el instante en que el sonido de las cuerdas de Flea comenzó a retumbar por todo el predio, el público se encendió por completo. RHCP había comenzado.
The Power of Equality, Dani California y una versión de Can’t Stop tras una introducción improvisada daban comienzo al plato más fuerte del Día 2. Para coronar la primera edición del Lollapalooza en Buenos Aires, los norteamericanos sorprendieron con un sonido acorde a la magnitud del predio. Las 70 mil personas que presenciaron esta jornada del festival dirigían su atención al escenario principal.
El riff de Otherside comenzó a sonar y las luces iluminaron al público. Para cuando la voz de Kiedis pronunció el primer verso, la multitud se entregó totalmente a un show colmado de clásicos. Sonaron esos temas que, parte de la historia del rock, vale la pena escuchar al menos una vez en vivo. Snow (Hey oh) fue otro de ellos y se sumaron Under The Bridge y Californication. Wet Sand y Ethiopia fueron otras canciones destacadas de la noche.
Con By The Way ya había clima de cierre, lo cual se confirmó al finalizar el tema: la banda se metió detrás del escenario. Tras un breve descanso, el cuarteto sorprendió con un set de improvisación instrumental al salir nuevamente a escena. If you have to Ask, otra joya de Blood Sugar Sex and Magic, y una impresionante versión de Give it Away marcaron el cierre del show. Y el del Lollapalooza, en su primera edición en Buenos Aires.
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Por Natalia Grego
Fotos: José Luis García