Tenía que suceder. La mítica banda de grunge formada en Seattle hace ya tres décadas, Soundgarden, visitó por primera vez Buenos Aires para dar un enérgico cierre al Main Stage 2 del segundo día del Lollapalooza Argentina 2014.
El inicio del show con Searching with my good eye closed fue también el inicio del pogo en un campo que colmó todo el predio del Hipódromo de San Isidro con 65 mil personas.
En un escenario vestido tan sólo con un telón que exponía la portada de King Animal (2012), unas luces direccionales iluminaban por separado a cada integrante de la banda liderada por el increíble Chris Cornell, quien saludó al público una vez que terminó el segundo tema del set, Spoonman, y lo filmó de lado a lado luego de Let me know.
Después de Out shined el show continuó bajo un cielo nublado con el tema que absolutamente todos esperaban escuchar y en el que casi todos sacaron su celular para filmar y poder recordar: Black Hole Sun.
La voz de Chris Cornell era ideal como siempre y, si bien por momentos el sonido de las guitarras era difícil de diferenciar y el bajo se perdía un poco con la batería (durante Jesus Christ Pose, por ejemplo), el sonido mejoró notablemente cuando llegó el turno de Like Suicide, otra de Superunknown (1994).
Been away to long, el tema con el que Soundgarden dio a conocer su último álbum, también sonó la noche del día 2 del Lollapalooza Argentina. Le siguieron The day I tired to live y My Wave.
Cornell presentó a su banda y el público que consolidó con sus anteriores visitas en formato solista lo ovacionó cantando “olé olé olé olé, Cornell, Cornell”. El show continuó con temas que mantuvieron un clima de calma: Superunknown, Blow the outside world, Fell on back days y Burden in my hand.
El retorno del pogo fue con Rusty Cage y el final del show vino de la mano de los sonidos más graves de una asombrosa batería y de las notas más agudas en la voz junto a Beyond the wheel, tema que cerró una presentación que cumplió con las expectativas de quienes esperaban ver a Soundgarden desde hace mucho tiempo. La banda de Chris Cornell fue la encargada de darle al Lollapalooza Argentina una enérgica cuota de grunge con un show que era necesario vivir.
Por Matilde Moyano
Fotos: Cecilia Salas / José Luis García
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