Para el momento en que Vampire Weekend salió al escenario 2, su frente ya estaba colmado de gente esperando, ansiosa, la salida de los 4 neoyorquinos. Los primeros acordes comenzaron pasadas las 17:45. La banda que lidera Ezra Koenig ya había estado en Argentina hace unos 3 años, y esta vez, con un caudal de fanáticos notablemente crecido, salió a dar un show por primera vez en el marco de un festival.
La banda de Nueva York, con su rock lúdico y un set que estuvo a la altura, deslumbró por su prolijidad y calidad de sonido. Diane Young – de su último álbum Modern Vampires of the City – abrió un show que, igualito al que presentaron en Chile hace apenas 4 días, fue muy aceptable musicalmente y quizás no tanto a nivel pasional.
Sonaron Cape Cod Kwassa Kwassa, Unbelievers y Step. Desde la dulce Horchata hasta I Stand Corrected, el ambiente aún se mantenía tranquilo mientras el atardecer asomaba frente al escenario. Tras sonar Cousins, el público se encendió. Ya promediaba la mitad del show y se venía lo mejor. La multitud, aunque notando que no era uno de esos recitales inolvidables, saltó al ritmo del hit A-Punk; Ya-Hey, Campus y Oxford Comma incrementaron la euforia.
Un frontman del estilo de Ezra – hoy vestido con una campera de la caricatura de Babar, el elefante -, los bailes del bajista Chris Baio, la simpatía en los sonidos de las teclas – la clave de la banda – de Rostam Batmanglij. Sin ser una explosión, el grupo se lució con las melodías que la caracteriza. Es ese el estilo de Vampire Weekend, es su esencia de acordes alegres y riffs inconfundibles. Tranquilos, con extrema prolijidad, hicieron bailar a la multitud.
Giving up the Gun, Hannah Hunt y Walcott dieron el cierre. Faltó The Kids Don’t Stand a Chance entre los clásicos, pero eso no opacó la casi hora y media de melodías que nos regaló la banda norteamericana. Campanitas, colores e indie-rock.
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Fotos: Ornella Capone
Video: Vampire Weekend – Main Stage 2
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