Quizás lo único que importe sea la siguiente frase y toda la crónica esté de más: hoy empieza la Copa del Mundo FIFA 2014.
Quizás también, como nos gusta tanto el fútbol y corroboramos día a día que es un deporte que transciende el deporte, valga la pena contar algunas de las cosas que pasan en Río de Janeiro.
Ayer salimos a caminar con el equipo de #MetroMundial por Copacabana. La intención era recopilar testimonios de hinchas. Nos propusimos tardar solo 40 minutos porque teníamos que volver al departamento, pero las situaciones que atravesamos nos capturaron y el tiempo dejó de importar.
Entramos en una corriente de aire vertiginosa que nos dejó, como a Alicia en el País de las Maravillas, en la puerta de un parque de diversiones al que podríamos llamar La Ciudad del Mundo.
En este parque uno vive situaciones alucinantes: siente que todo está en un mismo lugar, que todo sucede en simultáneo y que todas las culturas somos una sola. Uno siente, como un nene, que quisiera dividir su cuerpo en partes para poder estar en dos o tres lugares al mismo tiempo.
Mientras se abren las puertas para un entrenamiento dela Selección Argentina, se juega en la playa un picadito con gente de doce nacionalidades distintas.
Mientras “La Bandadel Costillar” (quince santafecinos carnívoros hasta la médula que vinieron a ver si consiguen entradas) cuelga una bandera gigante en la playa, una banda brasileña le musicaliza la tarde a tres australianos que, con una cerveza en la mano y un castellano perfecto, invitan a bailar a otra brasileña que pasaba por ahí acompañada de 2 ingleses – que vinieron al Mundial porque un alemán les prestó un departamento.
Mientras un colombiano intercambia con un argentino su camiseta de River por una de nuestra Selección (sí, el colombiano ya tenía puesta una camiseta de River), un policía brasileño declara que Argentina será campeón y, como si eso fuera poco, que ése es su deseo. Por supuesto, lo dice en voz baja para que sus compañeros no lo escuchen…
Las historias son infinitas y las conversaciones trascienden los idiomas. Todo se mezcla. Todos se sacan fotos con todos. Todos se abrazan. Las banderas son muchas, distintas, pero parecen iguales. Es como si, en esta Ciudad del Mundo, todos fuésemos amigos de todos.
Es que nos gusta el fútbol. Y más cuando se trata de un Mundial.
Parece trillado, pero ya no importa quién gane. Los pronósticos tampoco importan. Son muy diversos. Si nos ponemos estrictos, Alemania, Argentina y Brasil son los más mencionados.
En La Ciudad del Mundo, es notable la cantidad de brasileños que simpatizan por nuestra Selección y creen conscientemente que Argentina ganarála Copa en su propia casa. Los argentinos, por nuestra parte, parecemos creer lo mismo pero lo hacemos más con el corazón que con la cabeza.
Si a todo lo que sucede le sumamos el increíble paisaje playero y urbano de Río, el parque de diversiones parece eterno. La vida para los locales continúa: los hinchas en malla se mezclan con surfers, trabajadores y chicos que van al colegio.
Este parque de diversiones es muy intenso y es solo una parte de algo mucho más grande. Ese algo se llama MUNDIAL. Estuvimos esperando 4 años y hoy, está sucediendo.
Quizás por eso sintamos que el mundo entero está en un solo momento y en un solo lugar: Brasil 2014.
Quizás por eso, la radio que escuchás, tenía que estar acá.
Y acá estamos.
por Lucas Fridman
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