Comer es, sin dudas, uno de los momentos más placenteros de la vida. Sin embargo, esta acción puede transformarse en un círculo vicioso.
¿Por qué? Existen alimentos que al ser ingeridos pueden generar más hambre que saciedad.
“El hambre es producto de complejas interacciones que ocurren en el estómago, los intestinos, el cerebro, el páncreas y el flujo sanguíneo”, explicó la nutricionista Sue Decotiis.
¿Y entonces? Es un circuito que se puede alterar muy fácil por alimentos como estos:
Pan blanco: La harina e hace a partir de la semilla del trigo, pero sin la cáscara. El proceso anterior le quita contenido de fibra, haciendo más difícil sentirnos satisfechos
Jugos naturales: Contienen azúcar natural, pero casi nada de fibra original
Snacks salados: En su mayoría estan compuestos por carbohidratos simples de rápida absorción. Un auténtico círculo vicioso
Comida rápida: El tracto gastrointestinal absorbe rápidamente el jarabe de maíz con alto contenido en fructosa, lo que genera una sensación de hambre más profunda
Alcohol: Puede eliminar reservas de carbohidratos, lo que genera irremediablemente más ganas de ingerirlos
Pastas: Generan mucha insulina en sangre, lo que provoca baja en niveles de azúcar y más hambre
Sushi: “Si no comes nada más, los rolls de sushi se digieren rápidamente y el estómago es vaciado sin lograr saciarse debido a la falta de fibras y proteína”, advirtió la nutricionista Susan M. Kleiner
Pizza: Harina refinada, aceites hidrogenados, quesos procesados y conservantes, la receta que te llevará a subir niveles de azúcar en sangre a niveles altísimos