Si sos fanático de la cerveza y vivís en Praga deberías conocer un centro de relax basado en la popular bebida alcohólica.
Allí, los usuarios podrán recargar energías bañándose y tomando ilimitadas pintas de una cerveza que, según sus dueños, es completamente natural.
La única mala noticia es cuánto tenés que pagar: 80 euros.