Los recientes hallazgos de investigadores de la Universidad de Texas con respecto a cómo la grasa afecta al cerebro de ratones macho y hembra podría conducirnos al diseño de dietas distintas en función del sexo.
Los alimentos con alto contenido en grasa afectan más al cerebro de los machos que al de las hembras, y generan una mayor inflamación cerebral, lo cual puede propiciar problemas cardíacos y un mayor riesgo de sufrir diabetes.
Deborah Clegg, coautora del estudio, explicó:
Nuestros datos mostraron que los ratones que tenían inflamación cerebral sufrían prediabetes, además de alteraciones en la función cardiovascular. Esto sólo ocurría en los ratones macho; no había inflamación en las hembras. Vimos que no estaba del todo mal que las hembras tuvieran, de vez en cuando, una dieta alta en grasas. Sin embargo, fue altamente perjudicial en hombres (…) Es como si el cerebro de las hembras fuera inmune al desafío de la dieta alta en grasas. El hecho de que estos procesos de los nutrientes se presenten de manera distinta en los dos sexos con la misma dieta es una novedad.
Neurológicamente, la obesidad está asociada con la inflamación crónica en el sistema nervioso central. La inflamación de este, a su vez, provoca una resistencia a la insulina y la leptina, facilitando la aparición de enfermedades cardiovasculares. Esto encaja muy bien con el hecho de que las mujeres premenopáusicas (que tienen altos niveles de estrógeno) sufran muchos menos efectos nocivos de la obesidad, como la diabetes y enfermedades del corazón, que los hombres. Una vez que las mujeres llegan a la menopausia, sin embargo, ya no están protegidas.
Asimismo, tendremos que esperar a las pruebas con humanos para comprobar que los cerebros femeninos responden de diferente manera que los masculinos.