Un estudio realizado por las universidades de Viena y Berna asegura que los gladiadores romanos eran vegetarianos.
Esta investigación, dirigida por Fabian Kanz, estuvo centrada en 53 cuerpos que datan entre los siglos II y II antes de Cristo.
Según los científicos, los huesos tenían un alto nivel de estroncio y calcio, características que se encuentran en aquellas personas que llevan adelante este tipo de dieta.
Además, descubrieron un brebaje a base de cenizas de plantas, que se tomaba para “fortificar el cuerpo tras el ejercicio físico y para que los huesos sanaran mejor”.