Pareciera ser un método propio de tiempos medievales, pero en Siberia todavía se practica el castigo corporal en terapias para curar adicciones de todo tipo y también estados depresivos.
Marina Chukhrova es una psiquiatra que practica esta técnica a sus pacientes y declaró a The Siberian Times que golpear a personas en los glúteos tiene ‘un claro y definitivo propósito médico. Los glúteos son una buena zona reflexógena. Los pacientes liberan endorfinas a través de las nalgadas y así recuperan su entusiasmo por la vida‘
Este método es para pacientes que no responden a otros tratamientos y que la forma en que actúa es muy sencilla: devuelve la felicidad a las personas que la perdieron, afirmó el psicólogo German Pilipenko, quien trabaja con el método junto al psiquiatra.