Ingenieros del Laboratorio de Auto-ensamblado del MIT, Massachusetts, vienen desarrollando desde hace un tiempo materiales inteligentes capaces de cambiar de forma al aplicarles agua, luz calor o electricidad.
Se trata de un tipo de fibra de carbono inteligente y modificada por compuestos que permiten darle la forma deseada con antelación gracias a estímulo como el agua, la luz o la electricidad.
El ingeniero Skylar Tibbits y su equipo trabajan con diferentes materiales, y ya han logrado hacer que diferentes fibras textiles o incluso maderas reaccionen a los estímulos. Utilizando un tipo de fibra de carbono flexible proporcionada por una compañía llamada Carbitex, los investigadores del MIT, añadiendo diferentes compuestos, son capaces de generar cambios que son reversibles. Los estímulos que provocan esos cambios van desde descargas eléctricas a la simple luz.
Combinando la fibra con el otro material, ambos reaccionan de diferente manera en el momento del estímulo, y producen fuerzas que doblan el material.
Gracias a la tecnología que proporciona la impresión 3D es posible combinar ambos materiales de manera muy precisa, para lograr reacciones de una forma controlada. La mayor dificultad que enfrenta el equipo del MIT con esta tecnología llamada impresión 4D es que los objetos creados con ella pueden resultar quebradizos. Por este motivo, la fibra de carbono es fundamental ya que su elevada resistencia y flexibilidad la vuelve ideal.
Si bien todavía es temprano como para hablar de láminas planas de Ikea que se conviertan en una silla con sólo echarles agua, o de las zapatillas autoajustables de Marty McFly en Volver al Futuro, pero lo importante es que son infinitas las aplicaciones potenciales de estos materiales programables, para la industria del automóvil o la aeronáutica por ejemplo.