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El rock impecable: Arctic Monkeys deslumbró en el Personal Fest

El rock impecable: Arctic Monkeys deslumbró en el Personal Fest

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Música 9 Nov

¡Tremendo! Los británicos dieron un show impecable en el escenario principal: fiel a su estilo, una de las bandas de rock más importantes del momento hizo bailar a una multitud en GEBA.

Por Natalia Grego
Fotos: José Luis García

 

Los británicos dieron un gran show en el escenario principal: fiel a su estilo, una de las bandas de rock más importantes del momento hizo bailar a una multitud en GEBA.

Eran pasadas las 22:30 y la energía estaba bien arriba tras una hora comandada por los showmen The Hives, quienes habían terminado de tocar minutos antes en el escenario de al lado.
Las luces se encendieron en el sector más concurrido del predio y aquella frecuencia de sonido ya tan conocida por ser el logo de AM, último disco de Arctic Monkeys, se encendió encima del escenario. Alex Turner y su séquito se subieron ante la ovación.

Y comenzó esa noche que para más de uno será inolvidable. Aquel riff que ya es parte del rock dio por iniciado el show de los chicos de Sheffield. Hablamos, claro, de Do I Wanna Know?, el himno de AM.

La multitud se entregó de entrada a estos cuatro músicos que, fieles al estilo británico de pocas palabras, prometían un show de primera. Y con tres muestras de su quinto y último álbum de estudio (AM se editó en septiembre de 2013) comenzó el set del plato más fuerte del Personal Fest. Do I Wanna Know?, Snap Out of It y Arabella.

La puesta en escena pedía rock. Es que con apenas salir al escenario los Arctic Monkeys encandilaron – y también en el sentido literal, porque las luces lo hacían – a una multitud dispuesta a rendirse a sus pies. Y en el sentido no literal, la gente vibró con Brainstorm, Don’t Sit Down Cause I’ve Moved Your Chair, Dancing Shoes y Teddy Picker, uno de sus temas más aclamados. Pero esto recién empezaba…

Y así lo afirmó el frontman, único arriba del escenario con gel y peinado rockabilly, y por supuesto, el peine para acomodarse cuando su pelo terminara alborotado. “Amigos, la noche está en pañales”, dijo Turner en un español practicado para la ocasión. Y los acordes de Knee Socks invadieron nuestros oídos.

El set siguió con dos hits, uno histórico y otro nuevo. Flourescent Adolescent, ese himno súper enérgico, pegadizo y perfecto; y Why’d You Only Call Me When You’re High, corte de AM, con sus coros agudos y un groove bien característico del último trabajo de Arctic Monkeys. En un show que ya promediaba la mitad, Alex ya se sentía más en confianza y tiraba frases en castellano como “Soy tu padre” o “señorita”. Tras sonar All My Own Stunts llegó un segundo guiño a aquel debut discográfico de 2006, Whatever People Say I am, That’s What I am Not. Y en el disco está I Bet That You Look Good On The Dancefloor, ese tema rockero-bailable con bombo en estribillo, que ya hizo sacudir al público cuando Turner soleó la introducción con su guitarra.

Tras Library Pictures, de Suck It And See (2011), el frontman se colgó la acústica para meterle un poco de matiz a la noche y hacer Cornerstone y N.1 Party Anthem. Quizás el momento más tranquilo del set, que nos hacía entender que se acercaba el final.

Alex agradeció y anunció que venía 505, si bien lo que empezó a tocar fue la introducción de Mardy Bum, el melódico hit de su primer disco. Sin la banda detrás, Turner solo cantó los dos primeros versos y estribillos, pero Matt Helders hizo el conteo y sonó la canción anunciada, que dio el ‘cierre’ previo a un pequeño descanso.

No hay dudas de que detrás de este talentoso personaje que la rompe en voz y guitarra hay un baterista extremamente prolijo. Helders es, además de letrista en algunas ocasiones, el baterista que le da esa potencia al sonido de Arctic Monkeys. Un 10 para él, así como también para Jamie Cook en la guitarra y Nick O’Maley en bajo, los tres que aportan los impecables coros característicos de la banda.

La banda regresó para los clásicos bises y dio el cierre con One For The Road, Wanna Be Yours y R U Mine?, que hizo estallar a la audiencia.

La gente, entusiasmada, encandilada, vio cara a cara a una banda que reivindicó su hasta entonces última visita a nuestro país (en 2012 previo a Foo Fighters, tuvo que acortar su show debido a la tormenta).

Esta vez, sin problemas climáticos y con aires de headliners absolutos, los Arctic Monkeys dieron un show a la altura de lo que son: una de las bandas más aclamadas en la actualidad, no por nada ganadores de prestigiosos premios de la música internacional.

Turner, Helders, Cook y O’Maley brillaron – porque así lo fue, por su prolijidad, energía y capacidad de hacer sonar su música como un verdadero show de rock and roll. Sin llegar a los 30, estos cuatro músicos ya atravesaron la línea de importancia en cuanto a calidad y capacidad de insertar sus melodías en todo el mundo.

Impecable, así como el look de su líder, el show de Arctic Monkeys cerró la primera fecha del Personal Fest.

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Metro951
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