Andrew Iwanicki era un desocupado más en los Estados Unidos. Entre tanta búsqueda, la NASA le ofreció un empleo que, a simple vista, parecía perfecto.
Lo único que tenía que hacer era quedarse acostado en una cama. Por eso facturaría 18.000 dólares. Negoción… Pero el plazo de vida horizontal se extendía por tres meses.
¿Por qué todo esto? La NASA está trabajando en un programa de investigación que tiene como objetivo aprender todo sobre el comportamiento de huesos y atrofia muscular en el espacio.
“Tomar duchas consiste en rociarme con una ducha de mano y es especialmente difícil de limpiar mi espalda”, explicó Andrew.
“La lectura de libros es agotador, ya que tengo que mantener mis brazos extendidos, en lugar de levantar la cabeza en alto. Y cada vez que me lavo los dientes me siento como si me voy a ahogar en la pasta de dientes”, admitió.