Dan Saunders es un joven que se desempeñaba como camarero en un bar de Australia.
Sin embargo, algo en su vida cambió. Antes de ir a una fiesta, Dan se dirigió a un cajero para transferirse 200 dólares australianos desde su tarjeta de crédito.
En ese momento, el cajero tiró un error y la transacción fue cancelada. Pero curiosamente, la plata se depositó.
Con este hueco en la seguridad, Saunders logró en cuatro meses adueñarse de un millón y medio de dólares.
Después de un tiempo, Dan decidió hablar de esto con su psicólogo y finalmente confesó todo al banco.
¿El resultado? El Banco Nacional de Australia emitió una orden de captura que lo podría dejar tras las rejas por los próximos 10 años.