Los tiempos de ocio son muy importantes. Sobre todo después de un agitado día de trabajo.
Existen muchas formas de despejarse. Una de ellas podría ser bailar.
Bueno, ella puso su cuerpo en acción y todo venía de acuerdo a lo planeado.
Hasta que de pronto, la tela que tapaba la vista del exterior cedió y un vecino tuvo una vista de privilegio.
Lejos de seguir su camino, el hombre se quedó en la ventana que, por ese entonces, se había transformado en una platea.
Nota del editor: Tijerita…