A un simpático perrito le gustó mucho jugar con una de las muñecas de su dueña y como resultado se produjo la amputación de uno de los brazos plásticos.
Ante el llanto irrefrenable de la niña, su padre en plan de Mc Giver, desarrolló una técnica muy poco usual para recomponer y volver a dotar a la muñeca de su extremidad superior.
¿El resultado? Mirá:[nggallery id=302]