Supo tocar el cielo con “Blurred lines”. Sin embargo, esa canción le causó demasiados problemas a Robin Thicke.
El músico debió presentarse en una corte de Los Ángeles para demostrar que las secuencias y tonos de su composición máxima no tenían nada que ver con “Got to give it up” de Marvin Gaye.
Para demostrar su inocencia, Thicke llegó con un piano y tocó ante la mirada del fiscal Howard King.
La lupa estaba puesta en la frase “I’m gonna take a good girl”, que fue medida con “I used to go out to parties”, de Gaye. Esta última tiene ocho tonos, la primera únicamente dos.
Así, y para dejar más en claro su postura, Robin Thicke tocó “With or without you” de U2 y “Let it be” de The Beatles. ¿Para qué? Para demostrar que muchas canciones usan melodías similares sin llegar al plagio.