Cuenta la leyenda que aquella mujer que reciba el ramo de flores que la novia usó para su casamiento tendrá muy buena suerte en el amor.
Al parecer, una joven se tomó muy en serio esta creencia y la llevó a la práctica. ¿Qué tiene de malo? Nada. Salvo que no se dio cuenta que, al extender sus brazos, el bebé que sujetaba iba a estrellarse contra el piso.
Este acto de inimputabilidad ocurrió en Estados Unidos. No tenemos mucho más para agregar…