En 1987, Mick Jagger llegó a Japón para dar un show en el Osakajo Castle Hall de Osaka.
Allí, el cantante agasajó al público nipón con grandes éxitos de los Rolling Stones más algunas composiciones de su álbum en solitario.
Uno de los momentos más fuertes de la noche sucedió cuando el inoxidable frontman contó con la ayuda de Tina Turner para cantar “Brown sugar”.
Si esto no es buena música…