La pregunta del título bien refleja lo que le pasó a este hombre en Swansea, Gales del Sur. La sorpresa que se llevó tras su despedida de soltero es de las peores cosas que vimos: Cuando se miró al espejo la mañana siguiente a su fiesta, tenía tatuados un par de anteojos.
En un primer momento pensó que se trataba de pintura, pero cuando intentó lavarse se dio cuenta que era permanente. Es más, el tatoo incluía la marca “Rayban”.