Un simple truco alcanzó para volver loca a gente que caminaba por una plaza.
La dinámica consistió en pedir ayuda a personas que pasaban por ahí de “forma casual” (tomarles una foto, por ejemplo), para que metros más adelante un cómplice les pidiera exactamente lo mismo.
Las víctimas no entendían nada y sus reacciones fueron desde la confusión, hasta quienes se molestaron con ellos mismos y quienes increparon a los actores y les cuestionaron que si se trataba de alguna broma, que obviamente ellos negaron.