En 1896, Zanzíbar gozaba de una aparente independencia gobernada por un sultán, aunque en realidad estaba bajo la “protección” del Reino Unido, que en la práctica manejaba la pequeña nación. El 25 de agosto falleció el sultán reinante, Hamad ibn Thuwaini, quien aceptaba la tutela inglesa. Pero, el nuevo gobernante, Khalid ibn Barghash, se autoproclamó su sucesor sin contar con la autorización de los británicos.
Khalid hizo caso omiso a la advertencia de la potencia colonial, lo que provocó que los británicos enviasen dos buques de guerra para reconquistar la isla. El ataque comenzó a las nueve de la mañana del 27 de agosto y, a las 9.40 hrs, ya se había izado la bandera blanca en el palacio del sultán.