Oslo, la capital de Noruega, no solo es una ciudad sustentable, sino que también ha superado en tal medida su capacidad de procesar sus residuos, que desde 2009 importa alrededor de 700 mil toneladas de desechos de Italia y Reino Unido, para abastecer sus centros de energía.
Los habitantes de esta ciudad aprendieron a separar la basura gracias a campañas gubernamentales de concientización que apuntaron a lograr una gestión más responsable de los desechos de la ciudad.
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