Según este estudio, los niños no entienden cuál es el sentido de la tarea y la ven como algo sin sentido. Esto les provoca desmotivación, presión y agobio.
“Las escuelas tendrían que tener en cuenta cuál es el sentido de los deberes y explicar a los padres el objetivo de las tareas, para que así todos trabajasen con la misma intención”, explicó Rafael Bisquerra, profesor de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación en la Universidad de Barcelona.
Por esta razón, la Organización Mundial de la Salud determinó que existe correlación entre esta habitual práctica escolar y “dolores de cabeza, dolores de espalda, malestar abdominal y mareos”, además de “estados de ánimo que llevan a los chicos a sentirse tristes, tensos o nerviosos”.
Otro argumento utilizado en este informe es que más tarea no significa mejor rendimiento escolar. En Finlandia, la tarea es casi nula y posee una de las tasas más bajas de fracaso escolar.
Fuente: Pulso Urbano.