Hace 3 años, Katy Perry quizo comprar una propiedad de 2 mil metros cuadrados en las colinas que separan Silver Lake de Griffith Park, en Los Angeles; dentro de la zona que le interesaba a la cantante, se encontraba un convento que funciona como retiro de curas.
Perry ofreció 13 millones de euros por la propiedad, pero las hermanas denegaron la oferta y prefirieron venderla a una promotora inmobiliaria argumentando que la interprete “violaba sus creencias“.
La arquidiócesis de Los Angeles reclamó el terreno mencionando que les pertenecía a ellos y denunciando a las monjas pues no poseían ningún derecho de venderlo. La batalla por el terreno llegó a los tribunales y el día de ayer la Juez Stephanie M. Bowick falló a favor de las autoridades eclasiásticas y por ende, de Katy Perry.