Suena el despertador y nuestra única reacción es pedirle que suene nuevamente en un ratito. Este hábito no es recomendable por los especialistas del Sueño dado que, durante el período entre que el despertador dejó de sonar y vuelve a encenderse, se reactiva de nuevo el ciclo de sueño y entonces, al despertarnos, es frecuente que sintamos abombamiento.
Cuando se apaga la alarma por segunda vez, es probable que ya se curse en una etapa del sueño más profunda, de manera que no se activan por completo los mecanismos de vigilia y esa somnolencia o aturdimiento se prolonga.
“Cuanto más se rompe el sueño, peor es la calidad de descanso. Por lo tanto, el único consejo es que debemos dormir las horas necesarias todos los días de la semana“, inidca el médico Joaquín Terán Santos, presidente de la Sociedad Española de Sueño (SES).