En Irlanda del Norte, un nene de seis años no supo qué cara poner después de descubrir la sorpresa que le trajo su huevo de chocolate.
No era un juguete ni un rompecabeza, sino una pequeña bolsita que contenía un polvo cristalino. Abrumado por la situación, el pequeño acudió a su padre para comprender de qué iba la cosa.
Rápidamente, el mayor comprendió que ese “regalo” era muy peligroso para la salud y se dirigió hasta la comisaría más cercana, donde el diagnóstico llegó de forma contundente. ACÁ, los detalles.