En los últimos tiempos se hizo común la mala costumbre humana de dejar encerrado en el auto al perro. Es por eso que el mundo necesitaba un justiciero para terminar con esto de una buena vez.
Fue así como, en Rusia, apareció Oscar, un aguerrido beagle que defendió a los de su raza de manera genial. Molesto porque sus amos lo abandonaron para ir de compras, el pichicho metió patita en el volante y accionó rabiosamente la bocina.
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