Los compraste porque te gustaron. Los usaste un par de veces, pero notaste que algo no iba bien. El talle era el correcto, pero eso no fue impedimento para que los zapatos no te lastimaran los pies.
¿Tirarlos a la basura? Bajá un cambio. Hoy vas a conocer un truco infalible para “agrandarlos” sin necesidad de ampollas ni bandas curativas. Prestá atención, porque el paso a paso funciona a la perfección.
Conocelo ACÁ.