Elegantes y futuristas. Pet Shop Boys cerró el segundo día del festival BUE a pura fiesta. Con una puesta en escena dominada por lo visual: lasers, juego de luces y pantallas led, el dúo británico convirtió Tecnópolis en una frenética discoteca de los 80.
Pioneros en el dance, Neil Tennant y Chris Lowe hicieron bailar al público con sus clásicos “West End Girls”, “It’s a Sin”, “Left to My Own Devices”, “Go West”, “Domino Dancing”, “Love Is A Bourgeois Construct”, “Se A Vida É (That’s The Way Life Is)” y “Always On My Mind”, en la que aparecieron enormes globos de colores iluminados por dentro colgados sobre el escenario.
A diferencia de otras bandas que tienen diversas facetas y exploran distintos sonidos a lo largo de su carrera, Pet Shop Boys es eternamente fiel a su estilo. Los temas que presentaron en vivo de su nuevo disco “Super”, “The Pop Kids” editado este año, “Inner Sanctum”, “Happiness” y “Twenty-something” no contradicen la estética auditiva de sus exitosos álbumes “Please” (1986) o “Introspective” (1998). Al contrario, su nuevo trabajo refuerza la magia y el misticismo que caracteriza al dúo más famoso del electropop, que ha influenciado a grandes artistas como Madonna, Scissor Sisters, The Killers, Keane, George Michael y Elton John, que se han declarado públicamente admiradores de la banda.
Luego de una hora y media de hits bolicheros, Pet Shop Boys se despidió de sus fanáticos argentinos y le dieron el broche de oro a la segunda fecha del festival BUE, que se caracterizó por la elegancia del mítico dúo, la extravagancia de los Flaming Lips y la frescura de Capital Cities.
por Yamila Pagani
Fotos Cecilia Salas