Esta es la historia de Bryan Troll, un fotógrafo que preparó uno de los disfraces más geniales que haya tenido Halloween alguna vez.
Para ser el espíritu de la fiesta, Bryan dedicó casi 40 horas de su vida para crear una cámara de carton completamente funcional: bastaba con apretar un botón para sacar una foto.
“Gasté 100 dólares en cartón, cinta adhesiva, adhesivo de goma, plexiglás y pintura. Además, le metí dentro varios miles de dólares de equipo fotográfico”, confesó Troll en declaraciones a DIY Photography.