Acá, verano. Allá, invierno. Así es la vida del planeta, que coquetea con el clima según su posición. Cada estación tiene ventajas y desventajas. Pero todas necesitan precaución: confiarse puede ser el pasaporte a la perdición.
En Montreal, las bajas temperaturas se apoderaron de la escena. Tanto que la nieve decoró las calles de una de las ciudades más famosas de Canadá. La fría capa blanca cubrió el asfalto y lo transformó en una potencial pista de patinaje vehicular.
Lamentablemente, el diablo metió la cola y un accidente ocurrió en la calle Côte du Beaver Hall. Varios automovilistas, sin cadenas aferradas a los neumáticos, vieron cómo su carrocería impactaba contra lo que tenían a su paso.