El entretenimiento y lo bizarro se suelen llevar muy bien en internet. Es por eso que no es dificil encontrar o toparse de casualidad con algún video que nos cautiva por minutos sin saber muy bien porqué. Y muchas veces, el factor común que nos lleva a pegarnos al monitor es ver a animales en situaciones poco convencionales.
Este es el caso de Jan Schekauski, un artista que durante mucho tiempo trabajó con monos, y después de varios años decidió que uno le pintara la espalda para después tatuarse el resultado.
En su blog, Jan Schekauski explica que hay un revestimiento artístico teórico detrás del experimento. El primero, el valor de la interpretación abstracta por parte del ser humano, sea quien sea quien ha creado la obra de arte. Por otro lado la alegoría del arte por el arte, del todo como idea creativa, se manifiesta de forma permanente en un bonito tatuaje, de colores fantásticos, en su espalda.