Un hombre que disfrutaba de una tarde de playa no tuvo mejor idea de intentar pegarle una patada a un perro que se ubicaba a escasos metros.
Lejos de acertar, el potencial verdugo quedó ridiculizado por el can, que esquivó el golpe con un movimiento de cintura a puro reflejo.
Ya sobre la arena, el muchacho quiso emprender su retirada. Hasta que el universo arrojó una inolvidable lección kármica.
Video, ACÁ.