¡The Strokes cerró el Lollapalooza 2017 con rebeldía e intensidad!

Música 2 Abr

Los neoyorquinos le pusieron el broche final a la cuarta edición del festival más importante del mundo.

¿Te acordas cuando en el 2001 The Strokes revolucionaba el mundo de la música con su disco This It? Bueno, pasaron casi 20 años desde ese día en que esos cinco neoyorquinos desfachatados y cancheros volvían a poner a la Gran Manzan en el centro de la escena del rock mundial, y aún así hoy la banda sigue demostrando esa misma impronta y rebeldía para seguir revolucionando escenarios. Y el cierre del Lollapalooza 2017, como era de esperarse, no fue la excepción…

Es verdad, venían de casi un año sin tocar en vivo -salvo por algunos shows esporádicos en Estados Unidos y su regreso en el Picnic de Bogotá y el Lolla de Brasil- y la falta de rodaje se hizo notar, pero para una banda como The Strokes esa no es razón para no plantarse en un escenario y hacer delirar a más de 60 mil personas como lo hicieron en Buenos Aires. Y claro, para lograrlo les sobran clásicos, un líder carismático como pocos e infinidad de riffs incesantes.

Las luces se apagaron un poco después de las 10:20 de la noche y una versión remixada de cumbia de Reptilia empezó a sonar desde los parlantes del Main Stage del Lollapalooza. Y aunque en un principio algo de confusión invadió al público, la aparición de Julian Casablancas con su campera de cuero sobre el escenario desató la euforia de los fanáticos que se enfrentaron en los primeros minutos con dos clásicos: The Modern Age y Soma.

A partir de ahí, una catarata de hits de la primera época inundaron su setlist: Someday hizo bailar, el pegajoso riff de 12:51 movió cabezas parar todos lados y Reptilia -por supuesto- generó un de los pogos más grandes de la noche.

Fue justo después de que Treat of Joy sonara que Julian Casablancas agarró el micrófono para dedicar unas líneas: “Quiero hacerte el amor dieciséis horas seguidas… Bueno, muy largo. Pero no tanto para ustedes Argentina” gritó el cantante con una gran sonrisa en la cara mientras veía cómo unas 50 mil personas coreaban el nombre de su banda.

Pero esa no fue su única gran aparición. Sabemos de su gran carisma -sí, no es novedad…- aunque se nota que el tiempo de descanso le sirvió para disfrutar aún más su lugar como frontman de una de las bandas de rock más importantes del mundo. Es por eso que Julian Casablancas se puede dar el lujo de cantar, bailar, hacer chistes, piropear a las mujeres argentinas y hasta discutir sobre fútbol y Messi arriba del escenario.

La velocidad y ferocidad punk llegó con New York City Cops, ese rabioso tema que formó parte del icónico Is This Its del 2001. Albert Hammond Jr.demostró con un electrizante solo porqué para muchos es uno de los guitarristas más ingeniosos de los últimos 20 años.

Una gran ovación bajó desde el campo y sorprendió a los Strokes que tenían guardado dos clásicos más para el cierre de la primera parte de su show: Barely Legal y Last Nite, también de su gran debut, hicieron que los cinco dejaran el escenario a oscuras por unos minutos.

A esta altura, a pesar de que el fuerte viento complicaba el sonido del campo del Lollapalooza, la desprolijidad del grupo ya era parte esencial de su show. Gritos, riffs chillones y bajos estremecedores retumbaron durante los primeros 40 minutos. Pero, de nuevo, nada de eso podía opacar el gran recital que The Strokes estaba dando en el escenario principal. Y es por eso que lo que siguió, por más onírico que podría ser para muchos de sus fanáticos, fue una verdadera fiesta de rock: Heart In A Cage y Hard To Explain fueron los dos primeros temas que sonaron después de abandonar el escenario.

Dos minutos después lo dejaron de nuevo sin saber muy bien qué hacer. “Es dificil cuando uno se va porque no sabe si la gente va a querer que volvamos… Es una locura lo que se escucha de afuera” comentó Casablancas antes de darle inicio a You Only Live Once, lo que debería haber sido el último tema de la noche. Pero claro, su desprolijidad, el buen momento que estaban pasando en Buenos Aires y, aunque parezca demagogia pura, la euforia del público hizo que The Strokes saliera una vez más a escena para cerrar como ellos mismos dijeron “con uno que no ensayaban hace por lo menos 20 años”: Take It or Leave It.

De esta manera The Strokes le dio cierre a una nueva edición del Lollapalooza en Buenos Aires. Un festival que en dos días intensos tuvo bandas para todos los gustos con un line-up que seguramente quedará en la historia.

Pablo Vio

@pablitovio

Fotos: Ornella Capone

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