Intenso y descarado. The Weeknd tiene todo lo necesario para hipnotizar a cualquier audiencia. Auténtico y natural, dispone de todas las herramientas para sostener una prometedora y larga carrera. En poco tiempo, cosechó millones de fanáticos por todo el mundo, atraídos por su magnetismo y sonidos frescos.
Desde el éxito de su álbum de estudio Beauty Behind the Madness (2015) no paró de reinventarse hasta lograr la tentadora inclinación al pop masivo con Starboy (2016) que le sirvió para dar ese gran salto.
Si bien le falta un poco de carisma y buenos movimientos en el escenario, Abel Tesfaye (su verdadero nombre) lo recompensa con su gran apitud vocal que le permite cantar tranquilamente durante más de una hora casi sin pausas. Otro de los puntos fuertes que lo hacen brillar es el excelente equipo de sonido que lo acompaña en su gira. Si con los auriculares vuela mentes en In the Night, Can’t Feel My Face, Rockin’ y The Hills, las versiones en vivo simplemente hicieron que el público del Lollapalooza se rinda a sus pies.
Su arsenal de hits está basado en una dualidad: letras incitantes y provocadoras como Glass Table Girls, Six Feet Under y Often que hablan sobre relaciones amorosas, sexo, drogas y excesos respaldadas con bases pegadizas y fáciles de recordar como es el caso de False Alarm, Might Not y SideWalks. Al parecer esa es la verdadera fórmula del éxito incluso para las baladas. Atractivas y seductoras, Earn it, Reminder, Acquainted, The Morning, Wicked Games y Ordinary Life muestran su lado más vulnerable y frágil.
Como un lobo acechando a su presa, The Weeknd no saca los ojos del público. Lo
mira, lo estudia y sabe qué hacer para acorralarlo y atraparlo. “¿Se quieren ir a casa?, gritó y la gente se desesperó para convencerlo para que se quede.
Su carrera meteórica por diseñar y moldear un nuevo estilo de R&B lo llevó a trabajar con reconocidos artistas como Daft Punk (I feel it Coming&Starboy) y junto a Lana del Rey (Party Monster&Stargirl Interlude) logrando un sonido diferente a sus trabajos anteriores Kiss Land (2013) y sus mixtapes House of Balloons, Thursday y Echoes of Silence (2011).
“Argentina son geniales, definitivamente voy a volver”, dijo con una sonrisa ganadora al final convencido de que su primera visita al país fue un éxito. Con más de una hora de show, bajo una luna radiante y un cielo despejado, el Lollapalooza tuvo en el Main Stage 2 a uno de los artistas más importantes de la actualidad.
Por Yamila Pagani
@YamiPagani
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