El pasado fin de semana Taylor Swift dejó de lado su papel de estrella musical para transformarse en la madrina del casamiento de su mejor amiga. En la recepción, agarró el micrófono, sacó su lado más atrevido y le dedicó unas divertidas palabras a la pareja.
La artista estadounidense se animó y contó una anécdota que hizo sonrojar a todos los presentes: “Ella está corriendo detrás de él, hay caídas, hay tropiezos. Llegan al baño, y escucho sonidos que no puede evitar escuchar. Y luego hay silencio” contó Taylor entre risas.
Definitivamente esta no era a la Taylor Swift que todos conocíamos, pero descubrimos que además de ser un tanto polémica, en el ambiente privado, es muy divertida.
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