Aterrizar de emergencia no es alegre. Requiere temple, concentración y algo de fortuna. Sobre todo si el avión debe llegar a pista sin su tren de aterrizaje.
Ese momento límite ocurrió en el aeropuerto regional Saint Mery’s de Maryland, una zona boscosa que puso en aprietos al piloto debido al escaso margen de maniobra.
Mientras hacía descender la nave, el héroe sin capa, llamado Anthony James Capozzi, tuvo que detener los rotores y dejar la avioneta bimotor perfectamente posada en pista.
Video, ACÁ.