Stranger Things regresó y volvimos a trasladarnos a los ’80 más precisamente al pueblo de Hawkins, dónde a un grupo de niños le suceden “cosas extrañas”. El comienzo de esta segunda parte pudo haber sido muy diferente, porque según los creadores de la serie uno de esos chicos, estuvo a punto de morir al final de la primera temporada.
Los hermanos Duffer develaron en una sesión de preguntas y respuestas en la Universidad de Chapman que iban a matar a Eleven (Once). Es decir, el personaje de Millie Bobby Brown se iba a sacrificar por sus amigos: Mike, Dustin, Lucas y Will.
“Tal vez no debería decir esto porque me gusta fingir que todo fue planeado, pero originalmente fue concebida como una serie limitada. Entonces, Eleven iba a sacrificarse y salvar al mundo”
Pero el éxito de la serie y la buena recepción del proyecto por parte de Netflix, obligó a Matt y Ross Duffer a hacer un cambio de planes y dejar a la gran protagonista “viva” para que el programa pudiera continuar. “Aquí es donde entra el lado de los negocios” reconocieron.
La tercera temporada de Stranger Things ya está en camino, y por ahora se encuentra en fase de pre-producción.