En un género famoso por sus figuras y talentos, no es un pequeño logro que Eddie Van Halen resalte en el hard rock como un virtuoso de la guitarra. Famoso por popularizar la técnica del ‘tapping’ – que revolucionó el heavy metal – se le atribuye haber puesto a este género en el corazón de la corriente principal estadounidense gracias a las ventas de 80 millones de álbumes de su banda Van Halen,
Eddie murió ayer (6 de octubre) de un cáncer de garganta a los 65 años. La despedida de un músico que es considerado uno de los mejores guitarristas de la historia, el hombre que convirtió el arte del solo de guitarra en un espectáculo de fuegos artificiales.
Nacido en Amsterdam en 1955, Van Halen y su familia se establecieron en Estados Unidos en 1962 “con aproximadamente 50 dólares y un piano”. De chico ganó concursos de piano improvisando en recitales de Bach o Mozart, pero después pasó a la guitarra, aprendiendo los solos de Eric Clapton en los discos de Cream e inspirado por el “abandono imprudente” de Jimmy Page de Led Zeppelin.
En 1972 formó una banda con su hermano Alex; originalmente llamado Genesis, cambiaron el nombre a Van Halen en 1974. El cantante Dave Lee Roth fue invitado a unirse para ahorrar dinero en el alquiler de su sistema de sonido, y junto con el bajista Michael Anthony, la banda se convirtió en la favorita de la escena nocturna de rock de Los Ángeles. Su álbum debut homónimo de 1978 fue un éxito instantáneo, finalmente vendió 10 millones de copias e introdujo al mundo en general a la técnica de tocar con los dedos, previamente utilizada por guitarristas de rock, blues y progresistas como Ritchie Blackmore y Steve Hackett.
Aportes musicales legendarios: el solo de Eddie en ‘Eruption’, votado como el segundo mejor solo de todos los tiempos por Guitar World y quizás su aporte al tema de Michael Jackson Beat It, del disco Thriller de 1982.
