Además de la muralla, se ha descubierto, también por casualidad, un importante monumento funerario del siglo I a.C. -que asumen debía ser de un personaje sumamente importante debido a su ubicación- y parte de otro muro de ladrillos que data del mandato de Trajano, a principios del siglo II.
Al parecer, la muralla -de 2.500 años de antigüedad- se construyó para reformar la línea de defensa en “una fecha fundamental para Roma, por la catástrofe que provocan los galos con la invasión de la ciudad”, según explicó Antonio Pizzo, el director de la escuela. Además, servía a los fines de drenar el agua hacia el río Tíber a través de los canales que la atraviesan y se pueden observar en el sótano de la escuela.
“Lo importante es que en esta área hasta ahora teníamos un vacío en la planta de la ciudad y no se sabía realmente lo que había”, concluyó Pizzo acerca de la relevancia del descubrimiento.