Gracias al análisis de datos que pueden hacer las distintas plataformas de contenidos, es posible tener un diagnóstico preciso acerca de las preferencias, los consumos y las tendencias en diferentes industrias.
En el caso de la música, se evidencia que a diferencia de lo que podría pensarse, no son los nuevos artistas y canciones los que se llevan la mayor parte de las reproducciones, sino la “vieja música”. Esto difiere de lo que pasaba hace algunos años, cuando la principal fuente de ingresos para la industria eran las nuevas voces, que una vez que se sumaban al catálogo, eras reemplazadas por otras sucesivamente.
Lo que está revelando la observación de las nuevas tendencias, según Page, es que probablemente fuera la música más consumida en gran parte debido a su fuerte promoción. Hoy, los gustos de los usuarios van mucho más allá de los contenidos promocionados, privilegiando a artistas que van desde los Rolling Stones a Jethro Tull, pasando por los Cranberries y Bob Dylan. Es por eso que cada vez más se observan listas de “clasicos”, cuyo éxito, según el titular de Spotify, es atribuible a la conexión emocional que la gente tiene con esa música. Entonces, quizás, el futuro de la industria musical empiece a esrae en revalorizar su pasado.