Un video de Tik Tok, una imagen de Instagram, un gif… Todo es comprable y vendible. Lo demostró el CEO de Twitter cuando subastó su primer tuit en una puja que llegó a los 2,5 millones de dólares. ¿Cómo es esto posible? Gracias a los NTF -“non-fungible tokens”- o “archivos digitales intangibles”.
just setting up my twttr
— jack (@jack) March 21, 2006
Se trata de bienes inmateriales a los que se les da un valor, que pueden copiarse, más no pierden su singularidad. Esto se debe a que tienen una inscripción de titularidad. Por ejemplo, en el caso de un archivo MP3, este puede copiarse infinitamente, pero quien posea el original, hará que ese archivo sea único.
Esto es posible gracias a la tecnología del Blockchain, que permite asignar la titularidad de un contenido, como un gif, a un propietario. Eso queda registrado en una parte esencial del mercado de los NTF, el registro distribuido. Entonces, aunque cualquiera pueda reproducir el meme del gato que vuela dejando un arcoiris, este ya tiene dueño, quien pagó más de medio millón de dólares por él.